Es un honor para la Consultora de conciliación OFA, el que una de las personas que han trabajado durante décadas en el gran proyecto que es la Universidad de Navarra, haya seleccionado el libro “Mi familia…mi mejor empresa” como un libro que hay que leer. Lo ha publicado la revista “Nuestro tiempo” y es que “Nuestro tiempo” está realmente en las cosas importantes que marcan la sociedad actual. La conciliación de la vida privada con el trabajo es uno de esos grandes temas que “empieza” a ser considerado como importante.

Que el trabajo y la vida privada no tienen por qué excluirse, está claro, pero el problema es que siempre queremos más, tanto en la vida privada como en el ámbito laboral. ¡Legítilibro-mariangeles-portada-1mo! pero, echando un vistazo a nuestro alrededor queda también claro que esto de querer siempre “todo” trae muchos problemas a la hora de conciliar

Nuestra vida privada está amenazada por nuestra “agenda digital” y los momentos de paz, de vida familiar y el tiempo con amigos son cada vez más escasos.

¿Cómo podemos no solo combinar lo mejor de esos dos mundos, sino sobre todo desarrollar una cultura donde sea posible la conciliación de ambos?
¿Cómo poder construir una vida más auténtica, una vida en la que se trabaje, se ame, se cuide, donde se aprenda y haya espacio para desarrollarse?

Estoy plenamente convencida de que el combinar lo mejor de esos dos mundos es posible. Podemos y debemos disfrutar en el día a día de una vida privada plena y de un trabajo que nos satisfaga. Construir una vida única en la que se trabaje, se ame, se cuide, se aprenda y haya espacio para desarrollarse porque, ser feliz ¡es una obligación!

Prologando el libro “Mi Familia…mi mejor empresa” Nuria Chinchilla escribe “Una vez más, aquello de lo que menos hablamos, es lo que más nos importa: La familia. Verdadera escuela de competencias, no sólo directivas, sino para la propia vida.

A diferencia de lo que algunos llaman la <familia negociadora>, la propuesta de este libro supera una visión de <empresa de personas que llegan a acuerdos>. Más allá de un pacto de convivencia o un reparto de roles, la familia es un espacio para crecer. Decía Kierkegaard que “Trabajar es la perfección del hombre”, pero la afirmación se queda corta, porque la perfección del hombre es amar y aunque se puede amar trabajando solo se aprende a amar entre personas de una familia, cuando cada uno de sus miembros va aportando su capacidad y sus talentos para construir un verdadero hogar.”